Si usted se quiere iniciar en el piragüismo puede hacerlo en cualquiera de los clubes asturianos que tienen abiertas sus puertas a todo el que esté dispuesto a convertirse en palista activo. Si, por el contrario, lo que desea es practicar este deporte por libre, tendrá que empezar por equiparse y recoger los consejos necesarios antes de echarse al agua, tranquila o brava, según los gustos.
En el segundo supuesto, podemos dirigirnos a la única empresa asturiana especializada en la fabricación de piraguas, que es propiedad de un experto en la materia, José María Pariente ‘Polledo’, que hizo del piragüismo su pasión y su medio de vida, también el de sus hijos, que trabajan codo con codo al lado de su padre en las instalaciones de la fábrica, Piraguas Pariente Polledo S.L., radicada en territorio de Gozón, en Zeluán. En seis días el cliente podrá ir a recoger el encargo dentro de los distintos modelos que se fabrican de forma artesanal en un proceso cuidadoso y manual, utilizando los más modernos materiales para la construcción de este tipo de embarcaciones, kayak y canoa. El precio va según modelo y calidades, desde 500 euros para los barcos de iniciación hasta los 1.900 de los modelos más avanzados. En todos ellos, Polledo aplica toda su experiencia en un trabajo que inició muy joven en un taller en Valliniello y que posteriormente fue puliendo en Pravia, donde inició una faceta empresarial que después ha continuado en solitario, arropado por su familia y un grupo de eficaces empleados. Y todo ello con el añadido de una trayectoria como piragüista que le llevó a la elite internacional y española, siendo hoy en día un destacado palista en la categoría de veteranos. Con el Europeo a la vuelta de la esquina, en el que la empresa tendrá un stand comercial, se nos ocurrió visitar a Polledo y asistir al proceso de fabricación de una kayak individual de primera calidad.
El paso inicial es preparar el molde, dematerial plástico, conforme a las medidas de la piragua, que en K1 es de 5.20 metros de longitud y a la que hay que dar un peso de 12 kilos. El experto nos relata los pasos a seguir: «Empezamos por el caso del barco, encerando el molde, y a partir de ahí se van aplicando capas de distintos materiales de última generación hasta que aplicamos el vacío para extraer el aire de las distintas capas. Después vamos con la tapa del barco, con un proceso idéntico al anterior, teniendo especial cuidado con el posterior sellado de la unión de ambas piezas ».
La tapa llevará un hueco, con unas medidas determinadas, en el que se ubicará el palista en un asiento de fibra de carbono que va fijado al casco. La colocación de los elementos añadidos, como los pedales para guiar el timón ubicado en la popa de las kayak, las canoas no tienen, dan paso al acabado, con los remates, el pulido y el embalaje de la piragua, que le será entregada en un plazo de seis días.
TAMBIÉN LA PALA
Claro que la piragua no tendría sentido sin una pala, y también se construyen en los talleres de Pariente Polledo. «La cuchara difiere si es de kayak o de canoa, y en el segundo de los casos no hay diferencia para diestros o zurdos». En las kayak son de doble hoja y tienen sentido inverso para que no haya resistencia al viento cuando una hoja está en el agua y la otra en el aire. Llevan ocho capas de fibra de carbono prensado y pasan por el horno a una temperatura entre 40-60 grados por espacio de ocho horas. El esfuerzo realizado en la empresa ha llevado a Pariente Polledo a cumplir pedidos en todo el territorio nacional y en varios países, sobre todo Francia e Italia. «Lo caro o lo barato lo tiene que valorar el cliente que hace una compra, pero el piragüismo es un deporte asequible y muy recomendable». Lo dice por experiencia propia.